Fundación Canfranc mantiene con sus más de 70 voluntarios el compromiso de facilitarles una formación antropológica y social para poder atender a personas vulnerables. Las circunstancias de aislamiento vividas en la pandemia del covid nos han hecho más conscientes de la importancia de trabajar juntos para transformar la sociedad.

La Empatía para abordar la vulnerabilidad, ha sido la temática abordada con un grupo de voluntarias/os, antes de cerrar el 2º trimestre del curso académico. Una sesión muy práctica y participativa, con aporte de ideas y conceptos por parte de la psicóloga Alejandra Chulián y con un rico intercambio de experiencias de los voluntarios, a través de sus vivencias con menores, personas discapacitadas o mayores, con los que están realizando sus actividades de voluntariado.

Aunque empatía es un término muy utilizado en todos los ámbitos de nuestra vida diaria, no siempre está claro a qué nos referimos cuando decimos que “se necesita empatía”; así en la exposición inicial, Alejandra animó a profundizar en diferentes manifestaciones que puede tener este valor humano:

  • Saber ponerse en el lugar del otro.
  • Escuchar a la otra persona (sus emociones, sus deseos, sus temores…), sin juzgarla, siendo respetuosos y entendiendo en qué contexto nos habla (o calla), su historia personal y su momento vital.
  • No implica que podamos solucionar los problemas de la otra persona; pero podemos hacerle sentir que la escuchamos, que la entendemos y acompañamos.
  • La empatía nos une a la otra persona. Es una capacidad que se puede aprender, que es intangible, pero se puede sentir.

La psicóloga Chulián animó a los jóvenes a desarrollar estrategias personales para ser y crear empatía en las personas vulnerables con las que realizaban sus voluntariados:

  • “Decir adiós a los prejuicios”: mirar a las personas sin ideas preconcebidas, sin discriminar por su edad, su capacidad física o cognitiva, su género, su ideología, su etnia o raíces…, les recordó que lo principal y necesario es el respeto.
  • Adaptarse a la persona: todos somos muy diversos, cada uno tiene su propia historia personal, su forma de ser, tiene sus deseos e inquietudes, etc.
  • Dar valor a todas y cada una de las personas y darse valor a ellos mismos. Las circunstancias pueden ser muy cambiantes pero el valor de cada persona siempre se mantiene inalterable.
  • Desarrollar el optimismo, buscar la positividad para mejorar cada día su entorno.
  • Cada día es único, porque somos testigos y representantes de las diferentes situaciones y momentos que podemos experimentar y, por eso es muy importante: mirar, observar, visualizar, actuar y agradece.

Recordó que el voluntariado te da una oportunidad para ser empático porque te permite crecer como persona, desarrollar habilidades sociales y personales y, sobre todo, mejorar tu satisfacción vital y la de la persona que recibe tu ayuda voluntaria.