Para … piensa. … date tu tiempo … ¿quieres poder ayudar?, ¿quieres compartir parte de tu tiempo con los demás? ¿quieres tener esa sensación de que has hecho las cosas bien? ¿que has ayudado pero que ellos también te están ayudando? y sobre todo ¿te quieres sentir feliz?

Estas reflexiones hechas por algunas de las participantes en el proyecto “Holistic Development of Women: looking for true leadership”, KA1 del programa Erasmus+, reflejan muy bien los objetivos de este proyecto, que ha terminado el 31 de diciembre.

Durante 18 meses Fundación Canfranc ha trabajado junto a Ajel Bretagne (Francia) y Kultural center Harmica (Croacia), para involucrar a un grupo grande de jóvenes y poder llevarlo a cabo, primero sensibilizando a otros en las tareas de voluntarios y simultáneamente preparándose para la movilidad que tuvo lugar en Croacia del 23 de julio al 3 de agosto, en la que dedicamos nuestro tiempo del intercambio a conseguir nuestro desarrollo holístico mediante acciones de voluntariado.

Convencidos de que el papel del voluntario es clave para que la acción dé sus frutos a lo largo  del curso escolar 20/21 llevamos a cabo sesiones  de formación y preparación para esta tarea, porque queríamos que el voluntario estuviera bien formado. Y para eso lo primero es querer hacerlo, pero la clave para que sea un éxito es saber cómo debe hacerlo, cómo atender a quién está al otro lado.

Lo primero fue concienciarnos de que “el trabajo en equipo es importante”, que cada uno somos  una pieza clave dentro de la cadena y debemos saber cómo organizarnos; cuál es el papel de cada uno el grupo para llegar a un objetivo común, poniendo los talentos personales al servicio del bien común.

Otro de los talleres de preparación lo titulamos «seamos ingenieros del bien común». Fue impartido por una experta en acciones de voluntariado en países de África y que se define a sí misma como una persona «con capacidad para liderar y trabajar en equipo, porque creo de verdad que la clave del éxito está en las personas.» El liderazgo es una habilidad que hay que trabajar y es una de las claves de un buen proyecto.  

Esto fue lo que pusimos en práctica durante los días en Udbina (Croacia). Fueron días de trabajo e intercambio de vivencias y experiencias entre españoles, franceses y croatas, potenciando en nosotras la igualdad de género.

Por las mañanas, junto a la Cruz Roja del país ayudábamos a personas mayores que vivían en una situación de vulnerabilidad y aislamiento, muchas de ellas refugiadas de la guerra de los Balcanes de  los años  90. Limpiar y acondicionar sus casas, trasladarles la leña para el invierno, etc.

Por las tardes coordinábamos un summer camp con actividades para 40 niñas y niños del pueblo.

Acompañados por los líderes de las 3 organizaciones las participantes en el intercambio han podido integrar todos los estímulos que en esos días estaban recibiendo, interiorizando las reflexiones que éstos les suscitaban y cristalizando una voluntad de ser parte del cambio al volver a los lugares de origen, trasladándolo a acciones concretas en el día a día, potenciando más el voluntariado y otras actividades a nivel local, en definitiva,  ayudando  en nuestra ciudad.

Hemos vuelto a comprobar que la participación en estos proyectos donde se trabaja el autoconocimiento y el liderazgo lleva a una actitud de responsabilidad ciudadana proactiva y a un deseo de  promover más acciones de voluntariado en nuestro entorno habitual.