Con motivo del Día Internacional del Voluntariado, que se celebra el 5 de diciembre, desde Fundación Canfranc nos unimos a todas aquellas entidades sociales y personas voluntarias que se esfuerzan por construir un mundo mejor y más humano. A todos ellos ¡GRACIAS!
Ser voluntario es dar a los demás una pequeña parte de tu propia vida. Supone trabajar en equipo, de forma organizada, sistemática y sinérgica que requiere de organizaciones, asociaciones y fundaciones en las que actuar. Además, el voluntariado tiene un importante efecto dominó.
Los voluntarios son “agentes motivadores”. Trabajar como voluntario no es una tarea sencilla, pero sí es una actividad muy gratificante. Ser voluntario es una forma de ser, de estar y de vivir en el mundo.
Sin lugar a duda, el que hace voluntariado refleja su calidad humana; además de que es el más beneficiado de forma imperceptible: aumenta su autoestima y enriquece la perspectiva de su propia vida.
Con la experiencia vivida en Fundación Canfranc os dejamos unas pinceladas de testimonios recogidos de jóvenes voluntarios que nos demuestran cómo la sociedad necesita de pequeños cuidados de unos a otros.
–Lucía y Leyre, voluntarias de bachillerato, recuerdan a Teresa, persona mayor y que vive sola, cómo se ríe divertida -al despedirlas- después de un rato de practicar con las tecnologías digitales, y les dice: “ahora, cuando abra el ordenador me acordaré de las chicas técnicas y pediré cosas buenas para vosotras».
–María, universitaria, recuerda su primer día de voluntaria en la ciberaula, con niños hospitalizados: “estaba muy nerviosa porque no me gustan los hospitales (…) me parecían sitios tristes, pero ese día me di cuenta que es un lugar lleno de vida, donde se cura y se ayuda a las personas. Mi misión como voluntaria era hacer felices a los menores. Ellos jugaban, reían y no querían que me marchase”. Después, cuando volvía cada sábado, me daba cuenta que para mí aquello no era dar un poco de mi tiempo libre, sino que era recibir alegría, ternura y satisfacción.
–Sofía, Mario y Lucía, que participaban los viernes en la actividad del bingo con personas mayores de una residencia, durante el aislamiento de la covid-19, organizaron un taller de preparación de materiales de ocio y tiempo libre en formato digital y sus comentarios eran: “estamos aprendiendo a mirar al otro”.