El 31 de agosto terminó ACTIV8 (KA2 del programa Erasmus+ de la Unión Europea), proyecto orientado a prevenir la violencia de los jóvenes a través del móvil e internet y empoderar a los jóvenes que la sufren, en especial a las mujeres. Se ha realizado a través de talleres en centros educativos de España, Eslovenia y Polonia y de la creación de una página web con recursos para jóvenes.

A través de actividades de enseñanza no formal, se ha trabajado de forma directa el conocimiento y valoración personal de los jóvenes y su inteligencia emocional y de forma transversal en ciudadanía digital, ciberconvivencia, responsabilidades legales en Internet, privacidad, y cuestiones de género. En definitiva, su objetivo ha sido prevenir la ciberviolencia de género de los jóvenes.

Previsto inicialmente para un año tuvimos que solicitar aplazamiento para finalizarlo pues nos cogió de lleno la pandemia COVID-19  y el confinamiento de toda la sociedad que dificultaba poder llevarlo a cabo. Gracias al trabajo y creatividad de los 3 socios (Fundación Canfranc de España, Fundacija Sursum de Eslovenia y Stowarzyszeine Centrum de Polonia) pudimos gestionar la forma de realizarlo y han podido participar en los talleres 382 jóvenes de los 3 países implicados.

Como actividad conclusiva del mismo hemos tenido un encuentro de jóvenes en Cracovia (Polonia) en el que hemos participado voluntarios de las 3 organizaciones, sacando experiencia del trabajo realizado y planteándonos nuevas actividades para poder continuar en esta línea de trabajo con los jóvenes de nuestro entorno.

 Uno de los objetivos era hacer conscientes a los jóvenes participantes de que son protagonistas de la historia y que Europa cuenta con ellos para liderar el cambio en la Europa digital del s.XXI, trabajando esos días en diversos talleres, momentos de intercambio cultural entre los 3 países y de reflexión personal, siempre dentro de la temática de ACTIV8, para pasar del ciberbullying a la ciberconvivencia

Ha sido una oportunidad en la que todos han manifestado la ayuda que les ha supuesto personalmente poder conocer y acercarse más a la historia reciente de Europa, el diálogo intergeneracional con monitores y gente del lugar, el intercambio de puntos de vista en función del contexto cultural del que procedía cada uno de los que han participado y la toma de conciencia sobre el propio aprendizaje y el diálogo con los facilitadores del aprendizaje.