Tras meses de encuentros on-line y llamadas telefónicas, jóvenes voluntarios de la Fundación Canfranc han vuelto a visitar a los mayores de la Residencia Romareda de Zaragoza, retomando su actividad favorita del bingo.

El viernes 29 de octubre, Mónica, Laura, Irene, Judit, Carla, Alba y Paula acompañadas por María, coordinadora del Colegio Romareda y Sandra de la Fundación Canfranc fueron acogidas con ilusión y sonrisas por un nutrido grupo de mayores, preparados con sus fichas y cartones para empezar el bingo. Semanalmente se continuará esta actividad con otros grupos de voluntarios de otros centros educativos.

Esta iniciativa promueve un doble objetivo: la mejora de calidad de vida y alivio de la soledad no deseada de las personas mayores, enfermas y/o dependientes y a los jóvenes estudiantes les permite conocer de primera mano la situación de otras personas más desfavorecidas y aportar parte de su tiempo.

Como decía Martín Luther King “ayudar a una sola persona a tener esperanza es no haber vivido en vano”. Es en las situaciones difíciles cuando más nos aferramos a quien nos haga ver ese soplo de esperanza. Además, es un aprendizaje en el que la persona voluntaria crece también. Ayudar es también una autoayuda.

Agradecer a la dirección y trabajadores de la Residencia Romareda su colaboración, para que se pueda dar continuidad a ese proyecto de voluntariado juvenil de acompañamiento y actividades de ocio, siguiendo en todo momento las recomendaciones sanitarias.