PDF Tabla Libertad y Compromiso

 

1. ¿Qué entendemos por libertad?

Son muy sugerentes las palabras que Cervantes pone en boca del caballero manchego don Quijote, “uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida”. No son más que un apasionado elogio a la libertad, don de gran valor que ninguna cosa en la tierra puede igualar.

Pero, ¿este gran don está presente en todo lo que me rodea, lo tienen todos los seres: las piedras, los caballos, las flores? Para responder a esta pregunta, pensemos si una piedra es capaz de elegir qué hacer el fin de semana. Claramente no, distinguimos que existen diferencias entre cualquier animal y el ser humano. La diferencia fundamental no es morfológica: es la libertad inteligente. Gracias a ella el hombre tiene la posibilidad de ser causa de sí mismo, de ser como quiere ser, cosa que los animales no, una oveja siempre temerá al lobo y una ardilla vivirá siempre en las copas de los árboles.

La historia de los hombres es la historia de su libertad. La historia, la cultura se construyen con los actos libres de los hombres y se dirige hacia donde ellos quieren. La vida del ser humano es como un libro, cuando nacemos está en blanco con todas sus páginas por escribir, con sus decisiones y actos libres va componiendo la novela de su vida. En el conjunto de la novela histórica de la humanidad, el hombre decide el papel que desempeña y escribe con matices propios y personales.

Llegado a este punto podemos decir que la libertad es:

  • la capacidad que tiene el ser humano de decidir por sí mismo
  • el poder de dirigir y dominar los propios actos
  • la capacidad de proponerse una meta y encaminarse hacia ella
  • el autodominio con el que los hombres gobernamos nuestras acciones

¿Qué es en realidad el hombre? Es el ser que siempre decide lo que es. Viktor Frankl.

 

2. ¿Cómo funciona la libertad?

En el tema 1, al hablar de qué significa ser voluntario, veíamos dos capacidades del ser humano: libertad y voluntad. La persona elige voluntariamente realizar acciones en favor de otros necesitados porque le da la gana, elige libre y voluntariamente.

En el acto libre entran en juego las dos facultades superiores del psiquismo de  la persona: inteligencia y voluntad. La voluntad elige lo que previamente ha sido conocido porla inteligencia. Antesde elegir es preciso deliberar, hacer circular por la mente las diversas posibilidades, con sus diferentes ventajas e inconvenientes. La decisión es el corte de esa rotación mental de posibilidades.

 

2.1 La alegoría del árbol

La libertad es un regalo recibido pero a la vez es algo a conquistar, por eso tiene como rasgo distintivo el crecimiento orgánico. Primeramente la libertad ha de arraigar en la intimidad, para germinar después en el terreno de la conducta, y fructificar finalmente en las obras. Se trata, pues, de una libertad “de dentro afuera” (libertad interior) y sólo secundariamente “de fuera adentro” (libertad exterior o legal). Es el poder, RADICADO en la razón y en la voluntad, de obrar o de no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar así por sí mismo acciones deliberadas. Por el libre arbitrio cada uno dispone de sí. La libertad es en el hombre una fuerza de CRECIMIENTO y de MADURACIÓN en la verdad y la bondad.

El terreno donde este árbol crece, es la intimidad. ¿A qué nos referimos con esta palabra? Intimidad es la esfera personal de cada uno, en donde residen los valores humanos y personales, siendo un derecho fundamental para el desarrollo de la persona y de la familia además de ser un ámbito reservado a la curiosidad de los demás contra intromisiones e indiscreciones ajenas.

Siguiendo con el símil, podemos distinguir en este árbol una libertad-raíz y una libertad-fruto, orgánicamente unidas.

La libertad-raíz tiene por objeto a la persona misma del agente: no es un poder-hacer (actuar, decir, pensar, etc.) sino un poder-hacerse, o si se quiere, un poder-ser: yo siempre puedo ser más yo: mejorarme, superarme, corregirme prometerme, destinarme, etc., o bien todo lo contrario; soy  quien me da la gana, hago de mí la persona que quiero. En este sentido la libertad es sencillamente la voluntad humana en su raíz. Sin embargo por muy libre que yo sea, nunca puedo abarcar mi persona en un solo acto: necesito multitud de ellos, referidos a objetos distintos de mí.

Si quiero modelarme en un sentido u otro tiene que ser mediante elecciones particulares y reiteradas referidas a cosas que no soy yo. Es la que hemos llamado libertad-fruto. Por insignificantes que sean dichas elecciones, en todas ellas late íntegra mi persona, y mi vida en cierto modo se condensa y contrae: siempre que decido lo que quiero hacer decido quién quiero ser. Aquí estriba el insondable valor ético, estético y espiritual de la vida ordinaria: esa trama de acciones menudas pero libres donde tantas personas se con-figuran o des-figuran como tales y deciden sobre sí.

Podemos por lo tanto distinguir entre

 

  1. Libertad física que equivale a la libertad de movimiento: poder ir y venir, entrar o salir, subir o bajar, hacer esto o aquello. Pero hemos dicho que la raíz de la libertad está en la voluntad, y la acción voluntaria es, ante todo, una decisión interior.
  2. Libertad interior, es la base de los derechos humanos. De ella brota el derecho a la libertad de opinión y expresión, a la libertad de conciencia y a vivir según las propias convicciones.

El hombre privado de libertad física sigue siendo libre, conserva la libertad psicológica. De hecho al hombre se le puede arrebatar todo salvo la última libertad: la elección de su propio talante interior, de su forma de ver la vida y estimar determinadas ideas o personas.

 

2.2 Tres niveles de libertad

Ahora sigamos sumergiéndonos en al mar de la libertad para entenderla mejor. Podemos dividirla en tres estadios, cada uno de ellos es un modo de entender la libertad y de vivirla.

  • Primer piso — La libertad se define aquí como autonomía e independencia, ausencia de obstáculos para la actuación, margen que deja la ley entre lo permitido y lo prohibido. Este modelo normativista de moral es el más extendido en la actualidad, en parte por influjo de Kant y su ética del imperativo categórico, y también por el desarrollo de los derechos humanos y la elaboración de códigos deontológicos en diversos campos, en especialla medicina. También la libertad puede vivirse en este nivel como ruptura con las normas, como hacen los grupos anarquistas o libertarios. Sin embargo el desprecio por las convenciones sociales no es suficiente para superarlas, pues da lugar a nuevas convenciones aún más alienantes. Rechazar una ley implica, a fin de cuentas, es someterse a otra.
  • Segundo piso — Aquí la libertad se vive como autodominio. No se trata de un dato, sino de un proceso que nunca acaba: el de conocerse y superarse. La libertad está ligada aquí a la intimidad y a la percepción contemplativa de los valores, obra del corazón. Recordemos que las auténticas virtudes, en sentido clásico, no son “buenas costumbres” sino la integración de cuerpo y espíritu en la unidad dela persona. Con las virtudes yo soy más yo, sintetizo pasado y futuro en mi presente, protagonizo mi vida, me hago a mí mismo. En este nivel es donde se capta la gran paradoja de la existencia humana: que el hombre sólo es tal en la medida que rebasa lo meramente humano: el hombre supera infinitamente al hombre, dice Pascal.
  • Tercer piso — Aquí se cumple la famosa frase de San Agustín: “ama y haz lo que quieras”. La libertad liberada, en efecto, la más auténtica, nace del don de sí amoroso al prójimo. Ahora bien, esto sólo es posible con el entrenamiento en las virtudes: sólo puede darse quien se posee. La frase “ama y haz lo que quieras”, en efecto, resultaría incomprensible pronunciada en el piso 1.

Estos tres niveles de libertad podemos representarlos del siguiente modo:

3. Libertad limitada

La propia experiencia nos lleva a darnos cuenta de que el hombre no puede hacer todo lo que le gustaría, no puede volar como los pájaros, necesita nutrirse y respirar para conservar la vida, no es capaz de conocer y querer todo, sabe con seguridad que hay acciones que puede pero no debe realizar. Convivimos cada día con esa triple limitación: física, psicológica y moral.

Estos aspectos limitan el campo de la libertad humana y orientan sus elecciones. Esto no debe considerarse como algo negativo, es lógico que a un ser limitado le corresponda una libertad limitada, el límite de su querer es el límite de su ser.

La libertad está al servicio del desarrollo integral del hombre, tiene carácter de instrumento. Al igual que los colores y el pincel están en función del cuadro, la libertad está en función del proyecto vital que cada hombre desea, y es el medio para alcanzarlo.

Ser libre no es exactamente ser independiente en el sentido de no respetar los límites señalados anteriormente. La libertad no es hacer lo que me viene en gana o me apetece, a toda costa y a cualquier precio. Veámoslo con dos ejemplos.

Cuando tengo delante la comida que más me gusta, pongamos por caso el chocolate, por mucha hambre que tenga y desease comerme diez tabletas, no me conviene hacerlo, porque el cuerpo tiene un límite y seguramente si como todo eso enfermaré.

Si vamos conduciendo por una carretera comarcal, nos encontramos con unas señales que nos indican la velocidad que no podemos pasar. Sin embargo podemos hacer lo que queramos y pisar más el acelerador. ¿Esta decisión me hace más libre? Hemos visto que saltarse las normas no es el auténtico concepto de libertad. En este caso, si aumento la velocidad más de lo permitido, pongo en riesgo mi vida y la de otros que puedan circular por esa carretera. La libertad está relacionada con la verdad y el bien. La verdad está en que por esa carretera quizá hay muchas curvas y está estudiado que la velocidad para no salirse es la indicada en las señales, si la paso no me identifico con la verdad en esa situación. En cuanto al bien, distinguiríamos el bien personal y el ajeno, no debo correr por respetar mi propia vida y a de otros. En consecuencia: la libertad es responsable, las decisiones que tomo tienen consecuencias para mí y para los demás.

La limitación humana supone que cada elección lleva consigo una renuncia: estar jugando a tenis significa renunciar a estar en ese momento leyendo o estudiando. El dilema que se plantea debe resolverlo la libertad sopesando el valor de lo que escoge y de lo que rechaza. En esta elección lógicamente vale la pena preferir lo superior a lo inferior.

La libertad está sabiamente limitada por las leyes. A simple vista podría pensarse que la ley es el principal enemigo de la libertad, sin embargo esta oposición es aparente. Al ser el hombre un ser limitado, traspasar esos límites equivaldría a volverse contra sí mismo, algo comparable a lo que ocurriría si alguien dejase de respirar o se negase a comer.

¿Qué sentido tienen las leyes?, no sólo las de la naturaleza sino las dela sociedad. Loexplican muy bien unas palabras con gran humor de Antonio Orozco: “si no hubiese ley de la gravedad, los cuerpos en lugar de caer hacia abajo podrían “caer” hacia arriba; podríamos ser despedidos súbitamente al espacio; el mar treparía y lo inundaría todo; el océano se secaría; las estrellas y los planetas chocarían entre sí; no habría tierra firme ni lugar donde asirnos; la sopa no estaría fija en el plato: se dispersaría, untándolo todo con su pringosa sustancia”

La libertad es asunto muy personal, pero la condición social del hombre exige que cada uno respete la libertad de los demás. Si a ello se añade que toda elección debe buscar lo mejor, podemos concluir que no es correcto identificar lo libre con lo espontáneo.

 

4. ¿Libertad = espontaneidad?

La libertad, desde cierto ángulo, es justamente la negación de la espontaneidad: es el dominio de la razón y dela voluntad. Espontáneamentementiríamos, insultaríamos, rechazaríamos el esfuerzo y sacrificio…, pero sólo somos libres cuando entre el estímulo y nuestra respuesta interponemos un juicio de valor y decidimos en consecuencia.

La idea de que lo espontáneo es lo natural, y por tanto lo bueno, supone ponerse en manos dela biología. Loespontáneo en el hombre, como en el animal, es la búsqueda  del placer sensible, pero Séneca nos advierte que “el que persigue el placer pospone a él todas las cosas, y lo primero que descuida es su propia libertad”. Mientras los animales conocen el bien sólo como objeto de su satisfacción sensible, el hombre lo capta como bien, y es capaz de ponerlo en relación con otros bienes superiores e inferiores. Por eso, mientras que ante la comida el animal hambriento se dirigirá necesariamente hacia ella, el hombre hambriento podrá comer o esperar, conforme lo vea conveniente. No es movido necesariamente sino libremente. Un simple motivo para no comer será apreciar que la comida no es suya, no haber concluido la jornada de trabajo, observar un régimen de adelgazamiento, etcétera.

Sócrates consideraba el autodominio como manifestación más elevada de la excelencia humana. Autodominio que se manifiesta cuando el hombre se enfrenta a los estados de placer, dolor y cansancio, cuando se ve sometido a la presión de las pasiones y de los impulsos. El autodominio signifícale dominio de la propia animalidad: el hombre verdaderamente libre es el que domina sus instintos, y el hombre verdaderamente esclavo es el dominado por ellos.

 

5. Libertad y responsabilidad

Pertenece a la perfección de la libertad el poder elegir caminos diversos para llegar a buen puerto. Pero inclinarse por algo degradante, algo que es un mal para el hombre, es una imperfección dela libertad. Siuno tropieza no es porque ha visto el obstáculo sino por todo lo contrario. Del mismo modo, cuando libremente se opta por algo perjudicial, esa mala elección es una prueba de que ha habido alguna deficiencia: no haber advertido el mal o no haber tenido suficiente fuerza para evitarlo. En ambos casos la libertad se ha ejercitado defectuosamente, y el acto resultante es malo.

Todo acto libre es imputable a alguien. Normalmente los actos pertenecen al sujeto que los realiza, porque sin querer no se hubieran producido.  Es el agente quien escoge los fines y los medios y, por consiguiente, quien mejor puede dar explicaciones sobre los mismos. Así, del mismo modo que la libertad es el poder elegir, la responsabilidad es la aptitud para dar cuenta de esas elecciones. Libre y responsable son dos conceptos paralelos e inseparables.

El miedo a la responsabilidad supone una visión desenfocada de la libertad, no apreciar que los compromisos atan pero a la vez protegen. Es bueno el compromiso que un médico tiene de salvar vidas humanas. Y es bueno para la sociedad, para sus pacientes y para él mismo, que se le pidan responsabilidades de ello. Si no se le pidieran, se fomentaría su irresponsabilidad. Y si fuera culpable, quedaría impune. El ejemplo vale para el abogado, el fontanero, el periodista, el arquitecto… y para cualquier otra profesión y persona, por tanto también para la persona que hace voluntariado, para ti.

 

6. Compromiso

Una persona comprometida es aquella que cumple con sus obligaciones haciendo un poco más de lo esperado con afán de sorprender, porque vive, piensa y proyecta sus energías para sacar adelante a su familia, su trabajo, su estudio y todo aquello que su reflexión le dicta.

Todos tenemos compromisos de diversa índole. Aún así, hay personas que esperan exista un contrato una promesa o una ineludible consecuencia para saberse en un compromiso. El verdadero compromiso nace desde nuestro interior y tiene como fundamento el conocimiento yla reflexión. Nopuede existir el compromiso desde la ignorancia.

El hecho de aceptar “formalmente” un compromiso, hace suponer que se conocen todos los aspectos, alcances y obligaciones que conlleva. La realidad es que creemos cumplir a conciencia por ajustarnos a un horario, obtener un sueldo, asistir a la escuela y estar un rato en casa. Casi siempre, la falta de compromiso se debe a descuidos un tanto voluntarios, pero principalmente a la pereza, la comodidad, el egoísmo yla ignorancia. Nobasta con cumplir con lo previsto, lo estipulado, lo obvio… todo compromiso tiene muchas implicaciones, pensemos un instante en aquellos que son de los más importantes que tenemos:

-Como padres de familia: No basta proporcionar los medios materiales; los hijos necesitan que los padres les dediquen parte de su tiempo para jugar, conversar y enseñar. ¿Cuántas veces hemos cancelado un compromiso personal para estar con la familia? Normalmente sucede lo contrario. Parte del compromiso de ser padres, implica buscar la amistad de los hijos.

-Como esposos: Partiendo de la fidelidad como fundamento indispensable, hace falta avivar el amor y la comprensión, cuidar el aspecto personal ni más ni menos que antes del matrimonio, hacer pequeños obsequios, salir juntos al cine o a cenar, terminar una pequeña riña con un beso y un abrazo… Y tantos detalles que parecen olvidarse con el paso del tiempo.

-Como ciudadanos: Evitar la indiferencia, no podemos quejarnos de la situación actual del país o del mundo sin hacer algo para cambiarlo. Lo peor que nos puede suceder es creer que poco podemos hacer como si no fuéramos parte activa y necesaria del mismo. La reflexión nos dará la solución para poder poner nuestro compromiso para mejorar el mundo en el que vivimos.

-Como trabajadores: No olvidar procurar un ambiente amable y las buenas relaciones. Parte de nuestro compromiso es la actualización de conocimientos para el perfeccionamiento profesional.

Estos son solo unos pocos. ¡Cuántos son los compromisos y cuántas cosas implican! Si parece mucho, hemos vividos con los ojos cerrados a la responsabilidad y pensando sólo en recibir beneficios, con el temor a dar más de nosotros mismos, a dar más de lo que recibimos. Seamos honestos, en esto no existe temor sino egoísmo.

La persona comprometida es generosa, busca como dar más afecto, cariño, esfuerzo, bienestar… en otras palabras: va más allá de lo que supone en principio el deber contraído. Es feliz con lo que hace hasta el punto de no ver el compromiso como una carga, sino como el medio ideal para perfeccionar su persona a través del servicio a los demás.

Debemos de tener muy claro que el compromiso no es real cuando surge de la obligación yla ignorancia.

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